El paso al código abierto supuso una explosión de mejoras que iban alimentando a la versión "comercial" de Sun, StarOffice.
Ambas versiones siguieron existiendo en paralelo, pero la que empujaba el carro de la innovación era la de código abierto.
Las traducciones, que pasarían de las 12 de StarOffice a las 110 actuales, se añadían conforme la suite ganaba en popularidad.
En 2003, OO.org había superado los veinte millones de descargas, y funcionaba en Windows, Linux, Mac y otros sabores de Unix.
Desde el principio, OpenOffice se comprometió con estándares de documentos abiertos en formato XML (OpenDocument), muy diferentes a los formatos cerrados de Offices. El estándar inicial, llamado OpenOffice.org XML, fue sustituido por OpenDocument en 2005.
El objetivo de OpenDocument es garantizar el acceso universal a los documentos informáticos, algo difícil de proteger cuando se usan formatos propietarios como los de Office. Sun, a través de OpenOffice, encabezó la batalla por el estándar.
Inicialmente, el uso de formatos distintos fue costoso, ya que Office no fue capaz de leer documentos de OpenOffice hasta la versión 2007 SP2. Por otro lado, OpenOffice siempre se había esforzado en mejorar la compatibilidad con MS Office.
En 2005, OpenOffice.org alcanzó la versión 2.0, más compatible con Microsoft Office. El apoyo de Sun Microsystems a la comunidad de desarrolladores –StarOffice seguía distribuyéndose en paralelo- era clave para la salud del proyecto.
Ese mismo año, el hecho de que OpenOffice necesitase una máquina virtual de Java para funcionar al 100% provocó la ira de Richard Stallman, paladín del software libre, quien se refirió a una "trampa de Java" al hablar de OpenOffice.
Juego de tronos y licencias (2006-2009).
Ya desde el comienzo, muchos desarroladores no estaban satisfechos con la forma con que Sun trataba a la comunidad de programadores. La propiedad del proyecto era de Sun, pero la aportación de esta en términos de programadores era de un 30%.
A la izquierda, empresas participantes; a la derecha, propietarios (fuente)
Se hablaba de tiempos de prueba muy largos y un exceso de burocracia. Al tener Sun pleno control sobre el proyecto, la comunidad sentía que no estaba realmente en posición de innovar o decidir, una situación que pronto se hizo insoportable.
Una imagen que parodia el nivel de burocracia imperante en OpenOffice.org (fuente)
Para añadir más insatisfacción, IBM creó en 2007 su propia variante de OpenOffice, llamada IBM Lotus Symphony, algo que la licencia del código permitía hacer. Esta variante sobrevivió hasta 2012, año en que sería reintegrada en el código de OpenOffice.
Pero ese no fue el único episodio de rebeldía. Poco antes de que se lanzara la versión 3.0, apareció otra variante de OpenOffice, Go-oo, impulsada por Ximian (Novell) debido a la lentitud con la que Sun aceptaba parches externos.
Pantalla de bienvenida de Go-OO, literalmente "Adelante, OpenOffice"
A pesar de estas dificultades, OpenOffice estrenó en 2008 la version 3.0. Incluía numerosas mejoras -más de 500-, así como una interfaz renovada. La cuota de mercado rozaba el 15%, con decenas de millones de descargas para cada nueva versión.
Pero Sun no gozaba de buena salud, y varios grandes de la computación, entre ellos IBM, se plantearon su compra. Quien efectuó finalmente la compra de Sun fue Oracle, que con Sun adquiría también sus proyectos de código abierto.
El cisma de Oracle: nace LibreOffice (2009-2011).
Oracle, gigante de las bases de datos, compró Sun Microsystems el 20 de abril de 2009 por la escalofriante suma de 7,4 mil millones de dólares. En la nota de prensa se mencionaban Java y Solaris, pero nada acerca de OpenOffice. Era una mala señal.
La estética de esta pantalla indica que algo no iba bien...
Al principio, Oracle pareció apoyar el proyecto OpenOffice, con un par de versiones que se sucedieron entre 2010 y 2011. Sin embargo, Oracle demostró desde el principio una incapacidad todavía mayor que la de Sun.
El 28 de septiembre de 2010, la diáspora de desarrolladores desencantados con Oracle creó The Document Foundation, con el propósito de mantener el espíritu original del proyecto OpenOffice en un entorno de colaboración abierta y transparente.
Michael Meeks, desarrollador de Novell y cabeza visible de TDF, invitó a Oracle unirse a la iniciativa, pero esta rehusó. Ubuntu, IBM y Go-oo, por otro lado, apoyaron el proyecto y la versión derivada, que pasó a llamarse LibreOffice.
Los primeros días de actividad en el proyecto LibreOffice
LibreOffice insufló nueva vida al proyecto. La versión 3.4, lanzada en junio de 2011, presentaba mejoras sustanciales en el código, algunas de los cuales fueron de limpieza de código basura y reducción de la dependencia con Java.
Apache acude al rescate (2011-actualidad).
Llegó el momento en que Oracle dijo basta, y cedió el código de OpenOffice a la fundación Apache, bajo la égida de IBM. Las conversaciones entre la TDF y Apache empezaron casi de inmediato en un clima de tensa cordialidad.
El de Oracle fue un regalo envenenado: al ceder el código a la fundación Apache, la posibilidad de fusionar LibreOffice y OpenOffice se descartó. Las diferencias entre ambos proyectos en cuanto a reglas, licencias y expectativas eran "muy diferentes".
La situación actual, después de varias versiones desarrolladas en paralelo, es de calma. LibreOffice y Apache OpenOffice desarrollan y publican sus versiones con escasa coordinación. Mientras LibreOffice avanza rápido, Apache OpenOffice renquea.
LibreOffice ha crecido mucho en popularidad como suite ofimática (fuente)
Es una situación triste para la comunidad del software libre. OpenOffice, sostenida a duras penas por voluntarios, se encuentra prácticamente estancada. Quien sí mantiene alta la bandera de la ofimática alternativa es LibreOffice y la TDF -por ahora-.
Un futuro incierto y repleto de nubes.
La ofimática está cambiando. Son ya millones las personas que usan Google Drive o Prezi en lugar de Office a la hora de crear documentos. Suites como Office se esfuerzan por acercarse a la Nube, pero con resultados inciertos.
Los proyectos OpenOffice y LibreOffice, debilitados por años de luchas intestinas, discusiones estériles y obstáculos burocráticos, se hallan abocados a la extinción. La sensación de estancamiento es palpable. Hace tiempo que OpenOffice hibernó.
Gráfica de interés en 2013 para las búsquedas "LibreOffice" y "OpenOffice" (fuente)
Allá donde siga siendo necesario usar una suite ofimática tradicional, como en la administración pública, proyectos del calibre de LibreOffice seguirán teniendo usuarios fieles (un ejemplo reciente lo dio el ayuntamiento de Munich).
Pero ¿y la gran masa de usuarios que Sun soñaba con alejar de Microsoft Office? Esos, al parecer, se han ido a la Nube. Y allí hay poco que OpenOffice o LibreOffice puedan hacer, sobre todo si siguen desunidos. ¿Llegaremos a ver una versión 5.0?
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